El informe sobre el estado de la tecnología operacional y la ciberseguridad de 2022, en su cuarta edición anual, revela que las organizaciones siguen avanzando a un ritmo demasiado lento hacia la plena protección de sus activos de tecnología operacional (OT). Esto ocurre en un momento en el que los sistemas de OT son cada vez más importantes para el bienestar de muchas organizaciones, los acontecimientos geopolíticos contribuyen a incrementar la frecuencia de los ataques, se conectan más sistemas de OT a Internet y las amenazas basadas en IP son cada vez más avanzadas y más dañinas. Esta combinación de factores está provocando que la seguridad de OT escale posiciones en el conjunto de riesgos de muchas organizaciones.